"Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí"
San Pablo, al pueblo corintio.
Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo imperfecto.
Y si no llega, como dice mi madre: tal día hizo un año.
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