viernes, 10 de septiembre de 2010

Son de plata


La vida te sonríe. El destino te da la espalda.
Cruces de caminos desconocidos y sin mapa para orientarse.


"No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré.
Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada.
Que Yahveh me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo que nos ha de separar."
(Ruth, 1; 16-18)


1 comentario:

  1. Buen blog, solo por que ves Como conocí a vuestra madre te mereces mil seguidores. Te sigo, pasate por aqui si te apetece. http://elirreverenteteclado.blogspot.com/

    ResponderEliminar