viernes, 30 de julio de 2010

Sueños

Más madrugada, más calor, más vueltas en la noria, más pájaros que vuelan hacia un lugar más fresco.


Hay momentos en los que nos rodeamos de ilusiones y sueños porque sabemos que de esta manera somos más felices. A menudo soñamos con un mundo en el que las obligaciones, los problemas y nuestras penas no existen. Nuestros mejores sueños nos recuerdan que hay algún lugar donde la marea está siempre calmada. El estrés, la infelicidad, la tristeza.. Factores que nos obligan a cambiar la realidad por algún mundo inventado.

Creemos, y en el fondo sabemos, que sin ilusiones no podríamos tener las fuerzas suficientes para caminar y para enfrentarnos a los peores momentos de nuestra vida. Creemos que ser totalmente realistas sería demasiado arriesgado, pues estaríamos llamando a la puerta de la debilidad y la destrucción.

Ser soñador, saber viajar a otros tiempos y lugares, tener la habilidad de encontrar una sonrisa en otro mundo cuando en el tuyo propio no la encuentras, no es cuestión de debilidad. Ser soñadores sin olvidar la realidad, llega a ser sano.. En esos dias en los que te sientes el insecto mas pequeño del mundo. En los que la realidad te explota en la cara, y es demasiado pronto como para querer asimilarla. En esos dias en los que intentamos olvidar vanas palabras de alguien que ha podido hacernos daño, de alguien que quiere volver con su pasado y dejar el presente que intentaba formar contigo... Y en esos dias en los que esperas mas de otra persona, esperas respuestas... Y podrías esperar sentado, porqe sabes que el dia en que te responda, puede ser que no llegue nunca.

Y esto lo escribe uno como si fuese LP..

jueves, 29 de julio de 2010

Un pajarillo voló

Otro dia de esos en los que la sombra quema tanto como aquel horno de leña del caserío donde te criaste. Sólo esa sustancia, cuya molécula está formada por dos átomos de hidrógeno y otro de oxígeno, puede aplacar esta sensación infernal que se ha adueñado de nuestra humilde vida desde hace varios dias.


Dicen que las desgracias nunca vienen solas. Pero ésto no quiere decir que vengan acompañadas de más desgracias.. ¿o si? ¿Por qué no pueden venir acompañadas de la combinación ganadora de la bonoloto o el euromillones? ¿O de un amor de verano? Sigue soñando..

¿De quién aprendiste que al ver caerse un lucero del cielo, si pedimos en voz baja se nos realiza el anhelo? Te pasas otra noche en vela, buscando esa estrella fugaz que conceda aquello que uno desea, pero no aparece. Esta noche tampoco.

No pidas a las estrellas una imagen para su cuerpo. Búscala. Pero no en la sala de los espejos, allí sólo encontrarás su reflejo. Busca profundamente. Allá donde perdiste por última vez su rastro. En aquel lugar donde el tiempo se para y el mundo desaparece.
¿Y ese lugar es real o sólo otra imaginación?
Sólo tú lo sabes..

Céntrate y madura. Céntrate y madura. Céntrate y madura. Déjate de ilusiones tontas. Céntrate y madura.

La tarde se ha puesto triste, la lluvia tiene un olor, que me recuerda el olvido de aquel amor.

miércoles, 28 de julio de 2010

Mi primer alfiler

Martes caluroso de finales de julio. Dos de la madrugada. Muchas cosas en las que pensar y pocas ganas de dormir hacen que vayan apareciendo en mi cabeza reflexiones, buscando un ápice de luz para poder atravesar la materia gris que las envuelve y las hace girar como si se encontrasen dentro del tambor de una vieja lavadora, abandonada a la suerte, conectada a un pequeño cable eléctrico ya roído por animales carroñeros y otros entes de la gran urbe cosmopolita en la que se encuentra.


Malos tiempos para la lírica crear un blog. O quizás buenos. Ya lo dijo aquel gran filósofo: todo depende del color del cristal de las gafas con que se mire. ¡Y qué razón! Qué distinta es la percepción de la realidad dependiendo de la butaca que ocupemos en este gran teatro que es la vida.

A veces, cuando baja el telón es cuando empezamos a pensar de verdad. Ya sea sobre quién nos gustaría ser o con quién nos gustaría estar.

El primer alfiler está colocado. Faltan muchos más hasta llegar a la conclusión del difícil arreglo de un antiguo traje roto. Y es que no se puede poner remiendo de paño nuevo en un traje viejo.